Artículo publicado por el Dr. Mañero en la plataforma online The Luxonomist.
La reconstrucción de las mamas en caso de padecer una mastectomía total por culpa de un cáncer es un elemento clave para aumentar la autoestima.
El cáncer de mama es una de las enfermedades más extendida entre las mujeres de todo el mundo: una de cada ocho la sufrirán. Solo en España, esta enfermedad afecta entre 20.000 y 25.000 mujeres, y la cifra no deja de crecer, debido tanto al envejecimiento de la población como a los hábitos poco saludables, el estrés o nuestro ritmo de vida. Sin embargo, la mortalidad de este tipo de cáncer está en descenso (no lo digo yo, sino la O.M.S.) y creo firmemente que la mayoría de mujeres que hoy sufren un cáncer de mama van a ser curadas y que, en poco tiempo, tendremos las herramientas suficientes, quizás no para erradicarlo, pero sí para frenarlo de manera permanente.
Y esto es así porque cada vez disponemos de más armas para luchar contra esta enfermedad. Armas como las estrategias de prevención, el desarrollo en nuevas tecnologías de diagnóstico, los avances terapéuticos y quirúrgicos, los innovadores fármacos, las renovadas técnicas reconstructivas y el apoyo social.
Cuando estudiaba mi especialidad como Cirujano Plástico Reparador y Estético, hace ya más de dos décadas, el cáncer de mama era otra cosa. No porque la enfermedad haya cambiado en estos años, sino porque nuestra actitud ante ella, como médicos, como cirujanos y como sociedad, sí lo ha hecho. Entonces, cuando a una mujer se le diagnosticaba un cáncer de mama, la enfermedad se convertía en el centro de atención para todo aquél que la rodeaba: para la sociedad porque tendía a estigmatizarla, por los médicos porque dejaban de ver a una mujer para focalizarse en el cáncer.
Por ello, el papel del cirujano plástico era muy secundario, hasta el punto que solo se reconstruía cuando la mujer se curaba, no antes. Además, por aquel entonces, las reconstrucciones eran poco exigentes, basadas en mantener el papel social de la mujer y no en su insatisfacción corporal después de una mastectomía.
Creo que muchas personas pueden pensar que es normal centrarse en el cáncer, es lo más urgente, pero los estudios internacionales demuestran que hasta un 40% de las mujeres operadas sin reconstrucción del pecho son más infelices por culpa de las secuelas de la mastectomía. El tiempo también ha demostrado que la reconstrucción de mama inmediata no solo es factible y no afecta a la evolución de la enfermedad, ni a su tratamiento, sino que mejora la calidad de vida de la paciente en todos los aspectos, pero, especialmente, en su autoestima y su felicidad. Así, la reconstrucción les ayuda a ser más felices.
Estas mismas investigación remarcan también que, cuando una mujer pasa por una mastectomía y debe convivir con ella durante años, esta paciente acaba sufriendo un mayor impacto emocional, como consecuencia del deterioro de su imagen corporal, del que sufren las mujeres que son reconstruidas en el mismo acto quirúrgico que se elimina el cáncer. Este sufrimiento afecta negativamente a su vida afectiva, a su sexualidad, a su autoestima, a su vida social y laboral… en definitiva, a todos los aspectos de su vida.
Pero hoy en día, la cirugía reconstructiva de cáncer de mama ha cambiado, no tanto en la mejora de las técnicas quirúrgica, que también, sino sobre todo en un cambio de mentalidad tanto de los médicos como de la sociedad. Como médicos, hemos dejado de ver en ellas un cáncer para ver a una mujer con un largo futuro; como sociedad hemos dejado de ver a una persona estigmatizada para ver a grandes luchadoras.
En el proceso de curación de la paciente, el cirujano plástico ha abandonado su papel secundario para reclamar otro de más relevante. Porque ya no buscamos una reconstrucción social una vez la paciente está curada, sino que pretendemos conseguir un pecho bonito más allá de la enfermedad.Unas mamas que consigan que la mujer se sienta a gusto con su físico, que se sienta satisfecha con su imagen corporal, que se sienta segura en sus relaciones de pareja… en definitiva, que la enfermedad no afecte su vida más allá de lo estrictamente necesario. Porque la mayoría de ellas van a ser curadas y van a tener una larga vida por delante en la que el cáncer no debería ser el foco de atención y un pecho mastectomizado el recordatorio permanente de que se sufrió esa enfermedad.
Hoy en día disponemos de diversas técnicas reconstructivas que se aplican según las necesidades de cada paciente, pero en cada una de ellas el objetivo es el mismo:conseguir un nuevo pecho lo más natural posible, con una técnica segura obteniendo resultados duraderos en el tiempo y que afecte lo mínimo posible al resto del cuerpo. En el caso de haberse realizado una cirugía conservadora en la que no se elimina toda la mama, sino solo una parte, una opción es reponer el volumen mamario que falta mediante una remodelación con grasa de la propia paciente, estimulada con factores de crecimiento. La técnica consiste en realizar una pequeña liposucción a la mujer, se procesa la grasa y después se introduce en la zona a tratar mediante unas pequeñas cánulas. En este caso suelen ser necesarias 2 o 3 sesiones para conseguir el volumen deseado.
Cuando se ha realizado una mastectomía total existen diversas técnicas reconstructivas:
• Una de ellas consiste en la colocación de un expansor (un tipo de implante vacío que, de forma progesiva y a lo largo de unos meses se va rellenando con suero) para que dilate la piel de la mama y ser substituido posteriormente (una vez conseguido el volumen adecuado) por una prótesis de gel cohesivo de silicona, consiguiendo así un resultado definitivo bastante natural.
• Otra técnica consiste en la utilización de tejidos propios de la paciente(colgajos) para dar forma y volumen a la nueva mama. Esta técnica resulta más compleja que la anterior y suele utilizarse cuando la piel del pecho está muy castigada o la paciente no desea utilizar prótesis. En este caso, el cirujano toma tejidos de la propia paciente (fundamentalmente grasa y piel), pero de otra zona (del abdomen, por ejemplo) para dar forma y volumen a la mama. Es una técnica más compleja que la del expansor y deja cicatrices nuevas en el cuerpo de la mujer, en contrapartida, el resultado es más natural. En ocasiones, incluso se pueden llegar a combinar ambas técnicas.
Por otro lado, cabe recordar que la mastectomía preventiva -cuando se descubre que la paciente está genéticamente predispuesta a sufrir cáncer de mama- ha demostrado ser un tratamiento muy eficaz que consiste en extirpar el componente glandular de los senos sustituyéndolo por unos implantes mamarios. De esta manera se elimina la posibilidad de padecer cáncer y el resultado que consigue el cirujano plástico en un busto bonito y natural.