Para los que me habéis seguido en Twitter o en el facebook de la fundación sabréis la situación que está viviendo actualmente Guinea Bissau. Cuando me enteré del golpe de estado del jueves pasado, pensé “tranquilo Iván, tenemos uno cada tres meses”, pero parece que esta vez la situación es mucho más complicada y no puedo dejar de pensar que hace poco más de una década, el país estuvo sumido en una guerra civil.


No puedo dejar de pensar en qué haremos con los niños del orfanato de Casa Emanuel si pasa algo, son casi 150 y unos 70 tienen menos de tres años, no puedo dejar de pensar en todo el trabajo para construir un futuro digno para este país y que ahora unos militares lo tiren todo por la borda… Por ello, en estos momentos sólo puedo pensar que hoy, a pesar de que los militares han cerrado todas las instituciones, el Centro Médico Emanuel ha abierto sus puertas como un día normal y todo el personal estaba allí para atender a nuestros pacientes, sólo puedo pensar en que Isabel, directora del Hospital, a pesar de estar con tifus, se ha levantado y ha ido a trabajar para dar ejemplo y hacer llegar a la población un mensaje de sosiego, sólo puedo pensar que las cuidadoras del orfanato Casa Emanuel han venido a trabajar demostrando una vez más su valentía y su compromiso con el proyecto, sólo puedo pensar que nuestras voluntarias Nuria y Sara siguen trabajando día a día, angustiadas, pero firmes. Por desgracia, los golpes de estado en este pequeño país africano son demasiado habituales, pero no por ello nos vamos a quedar en casa, porque si bien nuestra seguridad es importante, en ocasiones, el bien común lo supera: a todos nos da miedo el fuego, pero los bomberos se meten en él para apagarlo.

Y lo cierto es que, en situaciones como estas, ver a personas tan involucradas y comprometidas hace que la esperanza siga ahí, el empeño por conseguir un futuro más digno para los niños de Guinea Bissau siga inalterable y mis ganas por lo luchar por ellos aún crezcan más. Por ahora no sé cómo llegaré, pero no anularé mis viajes, ya pensaré cómo hacerlo.