Hoy ha sido un día muy satisfactorio para todos. Todo ha ido bien. Queda todavía Camussa y su hernia gigante en el escroto. Viene con su padre del interior. Es muy tarde y no puedo pedir más a mi gente. Están agotados. Lo operaremos mañana. El primero del día. Camussa y su padre son tremendamente pobres y no tienen donde ir. Me consta que no han comido nada en todo el día así que les haré un poco de comida antes de irme a cenar. No soy un gran cocinero, pero encontré algo de pollo que sobró de la comida de los trabajadores y lo calenté junto a un poco de arroz y ” frijoles” negros que mezclados con el arroz son muy buenos. Los acomodé en una cama del hospital. Una, para los dos, y con la comida caliente (la primera no sé desde cuando) me despedí de ellos hasta mañana.

Preparando la cena recordé que no había comido nada desde el desayuno. ¡¡Dios!! … ¡¡Qué hambre!!

El día fue consumiéndose en nuestra sala de la casa de voluntarios. Risas. Anécdotas de Antonia que son divertidísimas. Mañana llega un nuevo compañero. Se une Raúl. Un conocido presentador y antiguo jugador de fútbol de primera. Viene a ayudarme con los chicos y el fútbol.

Mañana otro paso hacia el sueño de estos críos.

Buenas noches.