Hace poco, publiqué este artículo en Diario Médico y he querido compartirlo con vosotros para reflexionar hacia donde va nuestra sanidad pública.

¿Estamos perdiendo nuestra sanidad? Esta es la pregunta que nos hacíamos cuando se iniciaron los ya, por desgracia, archiconocidos recortes en sanidad. Los políticos nos aseguraban que dichos recortes no afectarían a la calidad del servicio sanitario. Es cierto que nadie les creyó (o al menos fueron muy pocos los que mantenían aquella utopía de que invirtiendo menos, los resultados serían similares), pero muchos teníamos la esperanza que esta época de crisis y de apretarnos el cinturón sirviera, como mínimo, para optimizar recursos y que ello afectara menos de lo que está llegando a afectar a nuestros pacientes, a nuestros médicos, a nuestras enfermeras…a todos nosotros.

Siempre he defendido nuestra sanidad pública porque teníamos una de las mejores del mundo y, además, universal. Pero volviendo al título de este artículo, la respuesta a la pregunta es sí, estamos perdiendo nuestra sanidad. Y para demostrarlo, a las pruebas me remito: hemos  pasado en los últimos dos años de ser el séptimo país del mundo en la proporción de médicos por cada 10.000 habitantes, a ser el 16º (por detrás de países como Lituania, Bulgaria o Bielorrusia). Pero este no es el único indicador que baja, también lo hace el de proporción de personal de enfermería (que está en el puesto 49) o los de hospitales o camas hospitalarias. Y esto no es algo que podamos solucionar en breve, porque la OMS que es quien hace estas mediciones no se basa en datos del mismo año, sino que hace un estudio acumulativo de los últimos ocho, por lo que cabe esperar que estos datos sean una tendencia y que en los próximos años este descenso sea aún pronunciado.
Y para muestra de ello un botón: 3.400 médicos han pedido ya este año el certificado para emigrar, obligados (como tantos otros) porque aquí no encontrarán trabajo. Unos dirán que es normal que se vayan, que existe un desajuste entre el número de especialistas médicos del país y las plazas que ofrece nuestro sistema. Pero los datos nos aseguran que cada vez hay menos médicos por habitante, menos médicos activos (entre 2011 y 2012 la caída fue de un 6%, es decir , unos 11.200 médicos menos), que las plazas de especialización (MIR) se han recortado, que los médicos que llegaron de otros países se están yendo…
Es cierto que se ha intentado hacer algo (como recurrir a la sanidad privada para descongestionar las largas listas de espera) pero a eso le llamo poner parches, no soluciones. Debemos recordar que no sólo estamos perdiendo activos materiales, sino, sobre todo, capital humano que es mucho más difícil de recuperar, especialmente a medio o largo plazo. Y esta es la opinión de un médico que se dedica al 100% a la medicina privada, pero que sigue creyendo al 100% en nuestra sanidad pública y universal.